(Lima, 11 de julio de 2017).- El Centro Nacional de Recursos Genéticos de la Agrobiodiversidad proyecta conservar a futuro el ADN e investigar alrededor de 200,000 muestras de casi 2,500 especies vegetales y animales, entre oriundas y adaptadas al territorio nacional, con lo cual el Perú se convertirá en el segundo país especializado en este tema a escala mundial.
Así lo sostuvo Rosa Angélica Sánchez Díaz, directora de Recursos Genéticos de la Dirección General de Recursos Genéticos y Biotecnología del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), quien detalló que en la formulación del perfil del proyecto de creación del Centro Nacional de Recursos Genéticos de la Agrobiodiversidad se tiene previsto albergar a 1,262 especies de plantas.
Asimismo, a 480 especies forestales, es decir de árboles que son utilizados por el sector agrario nacional; a 92 especies de recursos zoogenéticos o de animales que atiende el sector pecuario, y 498 especies de microorganismos que están asociados a la agricultura (bacterias, levaduras, virus u otros microorganismos que sean benéficos para la agricultura, entre otros).
“Se tiene planeado que este Centro Nacional de Recursos Genéticos de la Agrobiodiversidad lleguemos a albergar en un primer momento 200,000 muestras biológicas aproximadamente, de estos cuatro tipos de especies. Posteriormente se irá generando capacidades técnicas, científicas y logísticas para poder llegar a colectar todas las especies consideradas”, manifestó la funcionaria en diálogo con la Agencia Andina.
Implementación
Sánchez Díaz precisó que el Centro Nacional de Recursos Genéticos de la Agrobiodiversidad es un proyecto en marcha que se encuentra actualmente en fase de formulación, y cuya implementación demanda un presupuesto estimado de 100 millones de dólares.
Refirió que se evaluará con el Ministerio de Economía y Finanzas el tema del financiamiento que puede asumir el Gobierno y lo que se puede conseguir con otros mecanismos de financiamiento nacional e internacional.
“Ahora estamos abocados a la parte técnica correspondiente a la organización, funciones y cómo va a funcionar la coordinación del Centro Nacional de Recursos Genéticos con los otros bancos de germoplasma, y ya hemos logrado identificar las listas de las especies que vamos a conservar en el centro. También hemos identificado las áreas que va a tener el centro”, comentó.
Agregó que adicionalmente al presupuesto de implementación mencionado y por tratarse de un centro con responsabilidades nacionales e internacionales a nivel de conservación de recursos genéticos, se va a necesitar un presupuesto anual que garantice su adecuado funcionamiento.
“En teoría se va a tener aprobado el proyecto el año 2018. Luego se tendrá que tener el expediente técnico y después se empezará a ejecutar la obra. El componente de infraestructura va a ir a la par, tanto en el punto focal ubicado en la sede central, como en los centros desconcentrados. Lo mismo se ejecutará con el equipamiento”, puntualizó.
Sistema de conservación
La funcionaria del INIA explicó que teniendo en cuenta que el Centro Nacional de Recursos Genéticos de la Agrobiodiversidad tiene como principal objetivo estudiar toda la diversidad biológica que está asociada a la parte agraria nacional, se busca constituir un sistema cuyo centro focal estará ubicado en Lima, en parte de las áreas que ocupa la sede del INIA, donde se realizará la conservación de más largo plazo.
En un primer momento, el Centro Nacional de Recursos Genéticos de la Agrobiodiversidad va a absorver el Banco de Germoplasma que tiene actualmente el INIA.
“Este Centro Nacional de Recursos Genéticos tiene varios componentes y como proyecto su tiempo de ejecución es de cinco años por tratarse de un Proyecto de Inversión Pública y tiene el componente de infraestructura donde se va a crear toda la infraestructura adecuada para mantener y conservar todos los recursos genéticos de la agrobiodiversidad”, Afirmó.
Sánchez Díaz sostuvo que también existe el componente de equipamiento, en el que se va a adquirir equipos de alta tecnología para que se pueda conservar las diversas especies en tres tiempos. El primero considera una conservación de hasta 10 años; la segunda contempla una conservación por un período de 10 a 20 años. Y la tercera representa una conservación de largo plazo, de 30 años a más.
“Vamos a tener subsedes de distintos niveles, ubicados en costa, sierra y selva que actuarán como centros focales más pequeños para estas tres regiones nacionales, donde se realice una conservación de mediano y largo plazo. Estamos por determinar el número de subsedes en las regiones. En principio, el INIA tiene estaciones experimentales con las cuales se cuenta para instalar subsedes del Centro Nacional de Recursos Genéticos de la Agrobiodiversidad. Y también vamos a trabajar con las universidades, dado que cuentan con infraestructura que puede ser fortalecida y que pueden estar dentro del sistema de conservación”, detalló.
“Entonces, vamos a tener tres niveles: el centro focal, el nivel uno y dos. El nivel uno será por regiones, y el nivel dos por condiciones climáticas específicas de cada especie que tengan que conservarse en campo”, anotó.
Tipos de conservación
Sánchez Díaz explicó que la conservación de las especies se realiza in vitro en el laboratorio, como ocurre con las raíces y tubérculos andinos, o semillas como en el caso de la quinua. También se puede conservar en el campo, al aire libre, como sucede con las especies forestales, dado que no es necesario preservarlos como semilla ni tampoco in vitro.
“Los tipos de conservación dependen de la especie, pero los que actualmente se manejan son: conservación in situ (en el lugar), y ex situ. La primera se realiza con la colaboración de los agricultores quienes facilitan espacios en sus tierras de cultivo. El Centro Nacional tiene ya establecidos áreas específicas para coordinar con aquellos agricultores conservacionistas que van a ser parte del Centro Nacional de Recursos Genéticos”, comentó.
La funcionaria recordó que en diciembre de 2016 se aprobó el Decreto Supremo 020 que tiene que ver con la formalización del reconocimiento de zonas de agrobiodiversidad. “Actualmente hay en el Perú 6 zonas de agrobiodiversidad que están siendo identificadas y que posiblemente sean reconocidas como zonas de agrobiodiversidad, que están localizadas en Arequipa, Cusco, Huancavelica", refirió.
“En esas zonas existen agricultores conservacionistas que durante mucho tiempo han estado conservando los recursos genéticos del agro peruano. Con ellos vamos a empezar a trabajar de la mano y coordinadamente, para que muestren cómo han ido conservando durante años estos recursos genéticos y para que nuestros técnicos e investigadores puedan apoyarles y guiarles para lograr una conservación a largo plazo", dijo.
"Obviamente, ellos van a formar parte del sistema de conservación, porque a la par de la elaboración del perfil del proyecto del Centro Nacional de Recursos Genéticos de la Agrobiodiversidad se está considerando la creación de un sistema en el cual el INIA, como entidad rectora y líder de la conservación tiene la necesidad de coordinar con las otras instituciones y otros bancos de germoplasma que hay a nivel nacional. En tanto, el tipo de conservación ex situ se mantiene las especies en bancos de semillas, bancos in vitro y bancos en campo ubicados en lugares específicos y determinados”, sostuvo.
Investigación
Junto con la infraestructura y el equipamiento necesario se contempla contar con el personal científico altamente calificado para desarrollar la investigación correspondiente a todos los recursos genéticos.
“La investigación que tiene que ver con caracterizaciones, utilizando caracteres morfológicos, fenotípicos y llegar a tener caracterizaciones moleculares, de tal modo que nos permita identificar genes específicos con caracteres importantes para el sector agrario nacional y generar nuevas variedades”, expresó.
“Este es uno de los objetivos del Centro Nacional de Recursos Genéticos de la Agrobiodiversidad. El otro objetivo, que es el objetivo de todo Estado, es mantener la seguridad alimentaria nacional, y ese es uno de los grandes esfuerzos por los que se está formulando este megaproyecto para que todos los peruanos nos sintamos seguros de que nuestra biodiversidad se está preservando e investigando para beneficio del país”, enfatizó.
En términos de recursos humanos, se proyecta comenzar con 120 investigadores principales altamente calificados. “Estamos viendo la posibilidad de incrementar ese número con investigadores recién graduados, pero el primer paso es con 120 investigadores”, acotó.
Subrayó que se trata de formar las condiciones logísticas, de infraestructura para que muchos peruanos que han estudiado en otros países, puedan retornar al Perú. “Sería una excelente oportunidad para que toda la masa gris peruana que ha salido al exterior pueda regresar y brindar todos los conocimientos que han adquirido”, aseveró.
Bancos de Germoplasma
El Banco de Germoplasma del INIA, que sirve de piedra angular al Centro Nacional de Recursos Genéticos de Agrobiodiversidad, conserva especies oriundas como maca, quinua, kiwicha, olluco, mashua, oca, muña, entre otras, pero también cultivos que han sido introducidos al Perú y han sido domesticados como el café, algunas especies de cacao, a partir de los cuales se han generado especies peruanas. Asimismo, otros tipos de especies de plantas que son oriundas o han sido introducidas en el Perú.
“Tenemos varias investigaciones en curso y algunas con resultados. Una de las colecciones nacionales que ya hemos completado se refiere a la yuca y el ají en todas sus variedades, y se encuentra en estudio la quinua y la kiwicha, así como el cacao”, resaltó.
Asimismo, refirió que el Banco de Germoplasma del INIA cuenta con tres colecciones de plantas medicinales de selva y costa, que están distribuidas en diversas regiones del país dado que su conservación requiere de condiciones climáticas especiales para cada tipo de planta.
“Dentro de estas especies tenemos el romero, cola de caballo, tara, uña de gato, entre otras. El principal uso de todas esas plantas medicinales no está solo en conservarlas, sino que el valor real que se le da tiene que ver con la investigación para determinar qué sustancias, enzimas o moléculas le confieren el valor agregado que pueden servir como especies medicinales”, manifestó la funcionaria.
Junto con el INIA suman 27 los Bancos de Germoplasma en el Perú, ubicados en universidades como la Universidad Nacional Agraria La Molina, entre otras, e instituciones públicas y privadas, los cuales serán los primeros con los que se contará en la formación del sistema nacional de conservación de recursos genéticos. “Asimismo, tenemos que establecer determinados requisitos para considerar bancos de germoplasma”, aseveró.
Segundo país a escala mundial
Con la implementación del Centro Nacional de Recursos Genéticos de la Agrobiodiversidad, el Perú apunta a ser el segundo centro de recursos genéticos más grande del mundo, después del que posee los Estados Unidos de América (alberga 900,000 muestras de recursos genéticos). “Hay que tener presenta que el Perú es uno de los 17 países megadiversos del planeta”, recordó.
“También podremos apoyar a otros países con recursos genéticos, dado que el Perú es suscriptor del Tratado Internacional de Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura. Como país tenemos una responsabilidad que hemos asumido al firmar este tratado internacional”, precisó.
Propiedad intelectual y patentes
Sánchez Díaz adelantó que se va a crear un área que tiene que ver con propiedad intelectual y patentes. “Vamos a tener en cuenta todos los tratados que hemos firmado y hay una autoridad que tiene que ver con recursos genéticos. De hecho, ya el INIA lo está haciendo”, aseveró.
Indicó que existe un marco legal que permite tener acuerdos y contratos de transferencia de material genético. “Obviamente, en esos acuerdos y contratos de transferencia de material genético se trabaja todo lo concerniente a la propiedad intelectual y acceso a los recursos genéticos, así como el uso que se le dará a través de las investigaciones por parte de las instituciones que solicitan el recurso genético”, manifestó.
Fecha: 11 de julio del 2017